martes, 28 de agosto de 2012

La amistad y otras personas


En la novela La ciudad y los perros existen muchos temas universales que se pueden aplicar a la vida cotidiana. Uno de los más recurrentes es el de la amistad entre los estudiantes y las particularidades de sus relaciones. Sus interacciones en la escuela Leoncio Prado muestran la complejidad para lograr una relación sana ya que se ven obligados a luchar por el liderazgo en una jerarquía invisible creada por su inmadurez. Los muchachos del círculo dominan el liderazgo de su año con el Jaguar como su líder, a medida que avanzan de grado su poder sobre los estudiantes aumenta. En este ambiente estricto es irónico que los adolescentes actúen tan vulgarmente ya que deberían ser disciplinados por una autoridad responsable.

A mí me parece que el tema de la inmadurez adolescente es uno de los más relevantes porque todas las personas atraviesan esta etapa cuando son jóvenes. Independientemente de los casos específicos de las travesuras que hacen los niños en la novela, yo me puedo relacionar con sus actitudes en casos generales. Al igual que ellos yo jugaba futbol con mis amigos y me acuerdo que jugábamos en un club donde muchas veces se nos iba la pelota a la casa de al lado pero afortunadamente solo se la pedíamos a los vecinos y nos la daban. También ocurre mucho que a un niño le gusta una muchacha pero no le revela su amor al igual que Alberto con Helena por temor a ser rechazado, o en casos exitosos logra admitirle que le gusta. A pesar de los eventos corrientes, el lector nota que psicología de los muchachos está muy trastornada ya que les parece normal caerse a golpes entre si y hasta lo fomentan pegarle a los Perros. Aunque este no es un caso al que yo me pueda relacionar, si hay otros temas como el de la amistad que si entiendo.

Estoy de acuerdo con los estudiantes de la novela que nunca se deben delatar a un maestro ya que es un signo de debilidad al referirse a una autoridad mayor en vez de resolver los problemas por su cuenta. Al igual que siempre hay tensión entre los diferentes grados del colegio y siempre los de noveno son rechazados como a los Perros de la novela. Por supuesto no existe tal cosa como el bautizo en mi escuela pero si discriminan a los menores como vendiéndoles las entradas a fiestas más caro que a los demás. La jerarquía social continúa dentro de los grados en la cual los líderes son los más abiertos y los más populares entre los estudiantes. Semejantemente a los pupilos del Leoncio Prado que se clasifican por su desarrollo físico, los de mi escuela se clasifican por físico y personalidad atractiva. Yo me encuentro debajo de esa jerarquía y me relaciono con Ricardo porque no apelo por mi personalidad ni mi apariencia. Me satisface tener los tres amigos que tengo y los valoro sobre todos los demás y al igual que Ricardo me gusta una chica que no se si podre conquistar. No me siento tan mal como el esclavo porque por lo menos mis compañeros de clase no me tratan mal.

Es interesante como en la novela de Mario Vargas Llosa, el tema de las relaciones estudiantiles permanece vigente ya que yo me puedo identificar con Ricardo Arana y puedo comparar la sociedad en la escuela de la novela con mi escuela y encontrar similitudes en la jerarquía social. Hay una serie de normas recurrentes que clasifican a los estudiantes de las escuelas diferenciando entre líderes y los demás. Afortunadamente mi escuela no es un reflejo del Leoncio Prado, porque sobrevivir en una sociedad donde la fuerza física es superior seria lo peor para mí además de que no habrían mujeres en las clases.